Retrohistoria personal de un exclusivo Citroën SM en fabuloso estado de conservación

Detrás de todos los coches clásicos existe una historia y, si el coche está en estado de uso, es una historia con final feliz. Lo que normalmente no se sabe si no estás dentro del mundillo de los clásicos es que, tras esa historia suele haber mucho trabajo, muchos desvelos y, a veces, hasta momentos de desesperación para poder disfrutar de estos vehículos.
Os traemos la historia reciente de todo un majestuoso Citroën SM, un coche muy exclusivo, caro y complicado pero inmensamente elegante, diferente y tecnológico. Su dueño se llama Rubén Fidalgo, un apasionado de los automóviles con grandes conocimientos en coches clásicos y ganas de disfrutarlos. Él mismo nos cuenta su personal historia con el SM. Gracias Rubén.

Así compré mi Citroën SM
«El coche lo compré por accidente. En 2015 un amigo me avisó de que vendían un SM en Santiago y llamé al anuncio. Le dije que no tenía dinero para comprar el coche pero que tenía un blog de coches clásicos y le propuse hacer un reportaje sobre el SM. Yo ganaba un artículo de un coche que me fascinaba desde niño y poco visto, y él, unas fotos y otro soporte para anunciarlo.
Al ir a verlo y conocer al dueño resultó que teníamos en común el que a los dos nos gustaban los VW refrigerados por aire. Él había trabajado en Chile y allí tuvo una T2 que restauró. Yo tenía en aquel momento un Karmann Ghia Typ34 del 66 y un VW Typ 3 Variant (conocido como Squareback) del 65 que acababa de terminar de restaurar.

Siempre me había gustado el SM y, aunque el coche tenía trabajo, era una buena oportunidad para hacerme con el coche de mis sueños. El tema era que me daba rabia que hacía apenas un mes que había terminado de restaurar el Squareback y quería regalárselo a mi padre, pues él había tenido uno igual y, de hecho, daba la casualidad de que el que acababa de restaurar tenía el motor del que tuvo mi padre.
El caso es que mi padre me dijo que si en 1972 hubiese tenido dinero para comprar un SM no se habría comprado el VW y a él también le fascinaba el Citroën, así que le propuse un trato al dueño del SM:
– Te doy mis dos VW y a cambio me das el SM y pasta hasta llegar al valor de los dos coches.
– Te doy el Karmann y algo de pasta y me das el SM.
– Te doy el Squareback y algo de pasta y me das el SM.
Al final se quedó con la tercera opción, le entregué el Squareback y vendí el Karmann a un amigo (así que sigo viéndolo con cierta frecuencia) y con parte del dinero de esa venta pagué el SM.
A partir de ahí, ¡a trabajar!
Ya en casa, mi padre y yo conseguimos que el motor funcionase en 6 cilindros (sólo trabajaban 3 cuando lo compré) y empecé a reparar cosas que no funcionaban: los faros direccionales, el mecanismo de abatimiento de los asientos para entrar a las plazas traseras, la luneta térmica… y nos hicimos un par de viajes de Coruña a León.

En medio de todo esto me lo pidieron para exponerlo en la fábrica de Vigo, en el salón de clásicos de Vigo y para alguna exhibición.
El coche andaba bien, pero gastaba mucho aceite, así que, aprovechando que me salieron unos trabajos extra y gané algo de pasta, lo llevé a Portugal para sacar el motor, repararlo por completo y dejarlo fetén y fiabilizado.
Me gustaría poder asistir con él a la concentración internacional que habrá en París en 2020 para celebrar el 50 aniversario del lanzamiento del SM, y para eso tiene que estar bien probado y puesto a punto, pues son varios miles de kilómetros y, lo peor, los atascos del periférico de París.
Con el motor ya como nuevo la verdad es que es una gozada conducirlo. Ahora acabo de terminar el papeleo para matricularlo como vehículo histórico y poco a poco, a medida que voy juntando minutos y euros, voy puliendo los detalles para dejarlo lo más parecido al día en que salió de fábrica.
Datos del coche
En cuanto al coche concreto, es una de las 83 unidades importadas a España de los algo menos de 13.000 SM fabricados. Salió de la factoría de Citroën en París en diciembre de 1972, así que es ya un MY73 con el motor de inyección, que rendía 178 CV en lugar de los 170 CV del de carburación y, además, tenía una velocidad punta algo más elevada y menores consumos. Llegó a España en la primavera de 1973 y estuvo circulando con matrículas provisionales hasta conseguir la definitiva en febrero de 1974.
Se pidió a fábrica con varios extras:
- Aire acondicionado
- Pintura metalizada
- Cristales tintados
- Equipo de audio estéreo con antena automática
- Tapicería de piel de búfalo negra
Las únicas opciones que había y que no monta mi coche son las llantas Michelin RR (de resina reforzada) y los faros antiniebla.

Por desgracia, cuando llegó a mis manos ya no tenía la radio original y la antena automática estaba averiada y habían montado otra. La antena la reparó mi padre y ya está puesta, pero la radio no la he encontrado a un precio razonable. Va montada entre los asientos delanteros y tiene unas dimensiones no estándar. A veces salen a la venta en internet, pero no bajan de los 2.000 euros en el caso de la Edison Continental R431 que le correspondería a mi coche. Hasta que pueda permitírmelo, o alguien me quiera hacer un buen regalo, llevo un Parrot Asteroid Classic, que es horrible, pero es la única que cabe en ese hueco tan extraño.»