A prueba el Honda Jazz Crosstar, un crossover híbrido y muy modulable

Hace muy poco te contábamos nuestra experiencia al volante del nuevo Honda Jazz durante la presentación nacional. Ahora ha llegado el momento de realizar una prueba a fondo, pero lo hemos hecho con la versión más crossover, hemos puesto a prueba al Honda Jazz Crosstar.

Lo más destacado del Jazz Crosstar
- Etiqueta medioambiental Eco.
- Imagen SUV o crossover gracias a las protecciones inferiores de la carrocería en plástico oscuro.
- Barras de techo longitudinales.
- Diseño específico de la calandra delantera.
- Tapicería específica resistente al agua.
- Más altura libre al suelo, 152 mm frente a 136 del Jazz.
- Interior con mucha sensación de espacio en todas las plazas.
- Maletero con 298 litros de capacidad muy aprovechables, con un doble fondo muy profundo perfecto para “esconder” una mochila con un portátil, por ejemplo.
- Sistema Magic Seat que permite plegar las banquetas del asiento trasero y utilizar todo el espacio del suelo de las plazas traseras para transportar objetos voluminosos.
- Al abatir los respaldos del asiento trasero (60/40) la superficie es prácticamente plana.
- Máxima modularidad y aprovechamiento del espacio para la carga en sólo 4,09 metros.
- Muy buena visibilidad delantera y buena visibilidad trasera.

- Amplio equipamiento en conectividad (Apple CarPlay, Android Auto, navegador Garmin, pantalla de 9 pulgadas) y seguridad (función de seguimiento a baja velocidad, aviso de cambio involuntario de carril, alerta de tráfico cruzado trasero, detector de ángulo muerto, reconocimiento de señales de tráfico, etc.).
- Nunca tendrás que cambiar el embrague o reparar la caja de cambios… ¡porque no tiene!
A mejorar del Jazz Crosstar
- 27.900 euros, un precio un poco elevado para un coche de su tamaño. En su defensa hay que decir que hace gala de una modularidad espectacular y que cuenta con mecánica híbrida, lo que encarece el producto.
- El tacto de conducción con su peculiar sistema híbrido le hace asemejarse a un coche con cambio por variador continuo, da sensación de patinamiento, el motor se revoluciona en las subidas y no sabes la potencia concreta que tienes disponible.

- Comportamiento dinámico peor que el del Jazz 2020 (por su mayor altura). Menor aplomo y más balanceos de la carrocería.
- Consumo medio homologado de 4,8 litros a los cien. En nuestra prueba de consumo real la media ha sido de 5,9 litros, un poco elevada para las prestaciones de este Jazz.
- Pedales cerca, algo negativo para los conductores altos.
- Respaldo del asiento del conductor con regulación por puntos, no milimétrica.
- Banqueta de los asientos delanteros muy horizontal, te escurres hacia delante con el paso de los kilómetros.
Prueba Honda Jazz Crosstar
Pensaba que la prueba de este Jazz de aspecto campero sería sólo comprobar consumos y prestaciones, ya que en mi mente se había formado la idea de que sería idéntico al Jazz normal. Pero no, es así. El Crosstar mantiene todas las bondades del Jazz, entre las que destacan su increíble modularidad y aprovechamiento del espacio (es como una furgonetilla de cuatro metros de largo) y su buena visibilidad que facilita mucho la conducción en ciudad.

Sin embargo, la altura extra de la versión Crosstar no le ha sentado bien dinámicamente hablando. Esta versión balancea más y se siente más suelto (menos aplomado) cuando circulas en carretera. No es nada grave, pero el Jazz normal me dejó muy buen sabor de boca por su equilibrio entre comodidad y comportamiento dinámico, mientras que el Crosstar inclina la balanza hacia el lado de la comodidad.
En cuanto a su peculiar sistema híbrido sin caja de cambios ya te comenté mis sensaciones, pero te lo resumo rápido: similar a un cambio por variador continuo, sin conexión directa entre las revoluciones del motor y la velocidad del vehículo, por lo que cuesta mucho adelantar y saber qué potencia tienes disponible.
En ciudad y con una conducción normal resulta agradable, tiene mucho empuje eléctrico y es silencioso. Pero los consumos no creas que acompañan. En nuestra prueba de consumo ha registrado 5,9 litros de media, que no es mucho pero tampoco podemos decir que sea bueno. Hay modelos de gasolina de tamaño similar que consiguen esa cifra con prestaciones similares. En ciudad sí consigue consumos reducidos, ya que aprovecha su ventaja híbrida al máximo.
El Jazz siempre ha tenido dificultades para venderse en nuestro país por no tener motor diésel, por su precio algo superior y por su carrocería monovolumen. Pero el que tiene uno no lo suelta ni a tiros, por su amplitud, facilidad de conducción, modularidad y fiabilidad. Ahora el Jazz sólo es híbrido y los diésel han perdido su ventaja psicológica, lo que hace augurar mayor éxito para esta generación.
Aquí tienes nuestra prueba del nuevo Honda Jazz: