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El Toyota C-HR es un SUV híbrido superventas. En esta prueba te contamos sus pros y contras

Toyota C-HR

Se presentó a finales de 2016 y su venta inicial fue de 200 unidades de una serie limitada vendida sólo por internet. El Toyota C-HR es un híbrido que prioriza el diseño por encima de la polivalencia, el espacio o la practicidad. Una apuesta arriesgada que parece haber ganado a tenor de sus ventas. En esta prueba te contamos lo mejor y lo peor de este coche.

Toyota C-HR

Su peculiar diseño futurista le hace parecer más pequeño de lo que es y se le suele comparar con modelos del segmento B-SUV, pero mide 4,36 metros de largo, es como un Nissan Qashqai, aunque en este caso la imagen prima sobre la practicidad.

Una única motorización híbrida, compuesta por un motor de combustión de gasolina de 1.8 litros que desarrolla 98 CV y que se combina con un propulsor eléctrico de 72 CV para obtener en conjunto una potencia máxima de 122 CV. Es el mismo motor que equipa el Toyota Auris que probamos hace unos meses, y lleva el mismo tipo de peculiar cambio, aunque en este caso no transmite la misma agilidad que en el Auris.

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Acelera de cero a cien en 11 segundos, alcanza una velocidad máxima de 170 km/h y el consumo homologado es de 3,8 litros a los cien kilómetros.

Interior Toyota C-HR

La gran baza del C-HR es su comportamiento dinámico que, si bien está condicionado por una potencia justa y un cambio que lo penaliza claramente, hay que decir que la puesta a punto del chasis es más que buena.

Cuenta con etiqueta Eco, con las ventajas que esto conlleva, y su precio de partida está algo por debajo de los 25.000 euros.Cuenta con cuatro niveles de equipamiento, que lo llevan hasta rozar los 30.000 euros.

El fin de los coches de combustión tiene fecha y los fabricantes ya tienen sus estrategias

Lo mejor del Toyota C-HR

  • Puesta a punto del chasis. Es ágil, preciso y a la vez cómodo. Se nota el trabajo de los japoneses y su preocupación por conseguir un coche dinámico. Por eso no se entiende el tipo de cambio utilizado, porque no permite exprimir su potencial.
  • Diseño diferente. Bien por Toyota, ha arriesgado al hacer un coche diferente y no un diseño aburrido más.
  • Suspensiones cómodas.
  • Placer de conducción en ciudad.
  • Amplitud plazas traseras. No lo parece, pero tiene bastante espacio para dos adultos.
  • Pantalla multifunción muy elevada para reducir las distracciones (aunque es todo táctil y eso despista).
  • Consumos en ciudad reducidos. En nuestra prueba 5,3 litros de media en ciudad.
  • Consumo medio de 5,9 litros. No es una cifra muy buena, porque en carretera gasta más que en ciudad, pero en la mayoría de los casos este coche tendrá un uso urbano.

Toyota C-HR

Lo peor del Toyota C-HR

  • Volante desplazado a la izquierda, como en algunos utilitarios antiguos. Y su regulación en profundidad es escasa.
  • El ajuste de la inclinación del respaldo del asiento del conductor no es milimétrica y el reposacabezas te obliga a no llevar el respaldo muy vertical para evitar que te ‘empuje’ la cabeza hacia delante.
  • Asiento del acompañante muy elevado
  • Ventanillas traseras muy pequeñas. Restan visibilidad al conductor y, sobre todo, producen efecto agobio a los pasajeros traseros. Parece que estas plazas son más pequeñas y, al no tener percepción del movimiento lateral, produce sensación de mareo.
  • Maletero de 377 litros. Sus rivales rondan los 400 litros, como el Kia Niro con 401 litros de capacidad.
  • Motor falto de carácter y el cambio le quita el poco que tiene. Cuenta con tres modos (Normal, Eco y Sport). En Eco tiene mucho patinamiento y resulta mucho más agradable en Normal o Sport, en este último tiene un tirón divertido a baja velocidad.
  • Ruidos interiores, como al soltar el pedal de freno o al llegar al tope de la dirección.

Fotos: Toyota C-HR

Iván Solera
Mi especialidad son las pruebas de coches y motos. También soy formador de automoción y, aunque en mi garaje se acumulan los vehículos clásicos populares, disfruto probando las últimas tecnologías.

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